Canarias, el paraíso turístico que atrae a millones de visitantes cada año, se enfrenta a un problema que amenaza la salud y la reputación de sus establecimientos hoteleros y de restauración: la proliferación de plagas y el uso irresponsable de biocidas por parte de algunas empresas de control de plagas.

Según datos de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), en Canarias la presencia de cucarachas se ha incrementado un 20% en apenas dos años, mientras que los problemas con ratas y ratones han crecido un 18%. Pero lo más alarmante es el aumento del 22% en la infestación de chinches, un problema que puede generar graves consecuencias para la salud de los turistas y trabajadores.

Lamentablemente, en algunos casos se ha detectado el empleo de biocidas no autorizados o peligrosos por parte de empresas de control de plagas que operan en el archipiélago. Esto representa un grave riesgo para la salud pública, ya que estos productos químicos pueden causar serios problemas de intoxicación, irritación y problemas respiratorios.

Un ejemplo de ello es el caso de un hotel en Gran Canaria, donde se utilizaron biocidas no permitidos para combatir una infestación de cucarachas. Como resultado, varios huéspedes y trabajadores sufrieron síntomas como mareos, náuseas y dificultad para respirar. Tras la intervención de las autoridades sanitarias, se comprobó que los biocidas empleados contenían sustancias altamente tóxicas que superaban los límites establecidos por la normativa.

Situaciones como esta ponen en evidencia los graves riesgos que conlleva el incumplimiento de las regulaciones por parte de algunas empresas de control de plagas. Además de poner en peligro la salud de los turistas y trabajadores, estas prácticas irresponsables pueden tener un impacto devastador en la reputación y la imagen de los establecimientos afectados.

La normativa española, recogida en el Real Decreto 830/2010 y el Reglamento (UE) n.° 528/2012, establece claramente los requisitos y procedimientos para el uso de biocidas. Sin embargo, la falta de supervisión y control por parte de las autoridades competentes ha permitido que algunas empresas ignoren estas regulaciones.

Es fundamental que las empresas de control de plagas que operan en Canarias adopten un enfoque integral y responsable, que incluya la formación y capacitación de su personal, la implementación de métodos innovadores y sostenibles, y el asesoramiento constante a los establecimientos hoteleros y de restauración. Solo así podrán garantizar la erradicación efectiva de las plagas y la protección de la salud y la imagen de los destinos turísticos canarios.

Por otro lado, las autoridades competentes deben intensificar los controles y las inspecciones, sancionando con firmeza a aquellas empresas que pongan en riesgo la seguridad de los visitantes y trabajadores. Además, es crucial que los establecimientos hoteleros y de restauración exijan a sus proveedores de control de plagas el estricto cumplimiento de la normativa.

En resumen, la proliferación de plagas en Canarias y el uso irresponsable de biocidas por parte de algunas empresas representan un grave riesgo para la salud y la reputación de la industria turística. Solo a través de un esfuerzo conjunto entre empresas, autoridades y establecimientos podremos garantizar la erradicación efectiva de este problema y preservar la imagen de nuestros destinos.

 

*Juan R. S.-Harguindey es experto en gestión y procesos en los sectores turístico y agroalimentario. Realiza consultoría y formación enfocada a la mejora de resultados a través de los procesos. Licenciado en ADE, con másteres en Gestión de Empresas Turísticas y Executive MBA.