En un momento donde la competencia es feroz, podrías pensar que para ganar implica necesariamente que alguien más tiene que perder. Pero, ¿y si te dijera que hay una fórmula en la que todos pueden salir ganando?

No estamos hablando de magia ni de un acuerdo imposible, sino de la creación de relaciones win-win: asociaciones donde tanto tú como tus empleados, clientes, proveedores y socios se benefician. ¿Suena demasiado ideal?

Vamos a explorar cómo puedes lograrlo.

Es común que, cuando hacemos networking o negociamos, pensemos exclusivamente en lo que queremos obtener. Pero aquí está el truco: si ambos están centrados únicamente en sus propios intereses, la confianza se desmorona, la comunicación es superficial y las relaciones se vuelven transacciones sin futuro. ¿El resultado? Nadie gana realmente.

La mentalidad de “win-win” cambia esta dinámica. En lugar de buscar lo que puedes sacar, buscas lo que pueden lograr juntos al movernos de la competencia a la colaboración.

Por ejemplo, una relación con tu proveedor basada en el beneficio mutuo puede resultar en condiciones favorables que mejoren tus márgenes de ganancias y, a la vez, aseguren que el proveedor mantenga un cliente leal que pueda recomendarlo. O piensa en tus empleados: si les ofreces oportunidades de crecimiento, te lo devolverán con compromiso y excelencia en el servicio. ¡Esto es lo que llamamos una victoria doble!

¿Por qué deberías enfocarte en relaciones win-win?

  1. Aumentan la confianza: Las personas estarán más dispuestas a colaborar cuando vean que te preocupas tanto por sus intereses como por los tuyos.
  2. Mejoran la comunicación: Cuando escuchas activamente y te esfuerzas por entender, las conversaciones se vuelven más productivas y menos conflictivas.
  3. Fortalecen las relaciones a largo plazo: Un trato donde ambas partes ganan tiende a durar más. ¿Por qué romper algo que beneficia a todos?

Para crear relaciones de beneficio mutuo, es fundamental cambiar la mentalidad de “yo” a “nosotros”, escuchando antes de hablar y respetando las necesidades de los demás. Identificar áreas de interés común y seleccionar oportunidades que favorezcan a ambas partes, aunque sean pequeñas, genera confianza y compromiso a largo plazo. La clave está en ponerse en el lugar del otro, asegurando que todos se beneficien de manera equitativa sin llevar la cuenta. Mantener a todos alineados con esta filosofía de ganar-ganar, eliminar la burocracia innecesaria y pensar a largo plazo son esenciales para evitar que una relación se convierta en una simple transacción.

Un gerente de hotel que apoya el desarrollo profesional de su equipo verá cómo mejora el ambiente laboral y cómo sus empleados se sienten valorados y motivados. De igual manera, un acuerdo con un partner tecnológico, donde ambos buscan innovar para mejorar la experiencia del huésped, genera nuevas oportunidades de negocio para ambos. En lugar de estar atados a resultados inmediatos, se crea una sinergia que da frutos en el largo plazo

Pasar de una mentalidad de “ganar-perder” a una de “ganar-ganar” no es solo una estrategia inteligente, es el camino para construir relaciones sólidas, duraderas y altamente productivas. En un sector tan competitivo como la hospitalidad, donde la diferencia entre un buen y un mal servicio puede cambiar el rumbo de un negocio, estas relaciones son un verdadero motor de éxito

Entonces … ¿Cómo comenzarás a crear tus relaciones win-win hoy? Piensa en tu equipo, tus clientes y tus proveedores. ¿Qué pequeño cambio puedes hacer para que todos salgan ganando? La próxima vez que te enfrentes a una negociación, pregúntate: “¿Cómo podemos ganar ambos?”

Cuando ganamos juntos, el éxito deja de ser un objetivo individual y se convierte en una realidad compartida

 
¡Es hora de poner en práctica el win-win en tu negocio!

 

*Julián Grano es consultor en Hospitalidad & Hotelería y gerente general de Cassa Lepage Art Hotel Buenos Aires (Argentina).