Opinión

Servicio a domicilio: “Aquí le dejo su entrega”

¿Ponemos la salubridad en riesgo al ceder el reparto a domicilio a empresas externas?

Como estrategia para aumentar la venta, implantar en las empresas de hostelería el servicio a domicilio es viable y rentable.

Quizás el origen pudiera estar en el servicio de habitaciones de los hoteles, que pretendía cumplimentar desde hace décadas otra forma más de ofertar y servir alimentos, para que los clientes pudieran consumir en las habitaciones además de en sus comedores y cafeterías. Hoy en día sigue muy presente y funcionando en esas empresas hosteleras para añadir valor a su oferta de alojamiento y restauración.

Pero la creciente demanda del servicio a domicilio de alimentos preparados ha generado la aparición de cada vez más apps para solicitar servicio a domicilio de productos ofertados por empresas hosteleras, de manera que ese servicio de entrega se externaliza.

Los empleados de dichos servicios acuden no solo a los destinos que solicitan los productos, ya sean particulares o empresas (incluso pudiendo ser empresas del sector de hostelería y turismo - como por ejemplo cuando el que solicita un producto a una pizzería es huésped de un hotel-) sino además personándose en los lugares de elaboración de dichos pedidos.

Tanto si se es consumidor final como si es usted empresa que da este servicio, cabe plantearse ciertas cuestiones que, sin duda, si no han generado aun conflictos destacados, podrían generar graves incidencias en un futuro no muy lejano.

Donde radican los mayores problemas es en la profesionalidad, preparación y responsabilidad del personal que se dedica a ese servicio a domicilio: 

Mientras empresas que tienen su propia logística cuidan más o menos la imagen y otros factores de sus emisarios, como la capacitación de manipulación alimentaria entre otros, las que optan por externalizar está actividad quedan a merced de una suerte incierta, una "ruleta rusa" donde en el tambor del arma hay más balas que orificios.

Siendo este un trabajo donde al trabajador no se le requiere ningún conocimiento específico, estando considerado de los más precarios, se puede apreciar repartidores que desarrollan el servicio utilizando como medio de trasporte desde coches particulares hasta bicicletas de alquiler, con aspectos descuidados tanto de los vehículos como de los propios trabajadores

Y si la imagen siempre es un factor determinante a la hora de valorar un producto y su servicio, habría que añadir también entre otras muchas características negativas, una que no se suele pensar y que podría generar muy malas experiencias : Me refiero a la facilidad de manipular el pedido de manera fraudulenta o incluso dañina para la salud del usuario, dejando este tipo de servicios con muy pocas garantías de salubridad y de posibles responsabilidades al poner en duda la culpabilidad y autoría del posible agravio.

¿Quién cometió la supuesta manipulación? ¿La empresa que trasporta, el mensajero o el que preparo el pedido en origen? ¿Lo manipuló un tercero durante el trayecto, mientras se realizaba otra entrega, y el pedido quedaba en el vehículo a merced de cualquiera?

Mi recomendación al respecto, ya que "con las cosas de comer no se juega" sería optar por una de estas tres opciones:

  1. Utilizar empresas que tengan su propia logística, sus propios repartidores (todo queda en casa).
  2. Recoger en origen y que el cliente haga su propia recogida y entrega. 
  3. Utilizar las empresas que tengan Implantado en origen, envases que queden precintados, y sus características  y su dispositivo de cierre posean garantías de inviolabilidad, intentando con ello que su manipulación fuera prácticamente imposible y en caso de que ocurriera dicha manipulación se pudiera detectar fácilmente de manera que el pedido quedara automáticamente desestimado por razones obvias. 

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