Opinión

El temor a perder la vivienda en Cádiz

Es urgente replantear el modelo de gestión turística en Cádiz para que los ciudadanos vean al turista como una fuente de ingresos y de intercambio cultural

Desde hace algunos años, los habitantes de los barrios más antiguos de Cádiz viven con el temor de perder sus viviendas. Muchas de estas propiedades se encuentran en régimen de alquiler, y sus propietarios ven en los inversores una oportunidad para obtener mayores ingresos, muy superiores a los modestos alquileres que actualmente perciben.

Aunque los propietarios tienen derecho a decidir sobre sus inmuebles, el problema principal radica en las consecuencias sociales y culturales de estas decisiones.

Si se desaloja a los vecinos de los tres barrios emblemáticos de la ciudad —el Pópulo, La Viña y Santa María, pilares de la identidad gaditana—, se pierde no solo el alma de Cádiz, sino también un importante atractivo turístico.

Históricamente, los gaditanos han convivido de manera hospitalaria con visitantes, fruto del intenso tráfico marítimo y el comercio. Este espíritu abierto sigue vigente: Cádiz siempre recibe con los brazos abiertos a quienes llegan.

¿Dónde está el problema? La falta de oportunidades laborales obliga a muchos gaditanos a vender las fincas heredadas de sus padres o abuelos a inversores externos, lo que provoca el desalojo de vecinos de toda la vida, rompiendo el tejido social.

Esto explica la aparición de carteles como el de la fotografía, que reflejan un rechazo al turismo que no es del todo acertado. El gaditano no está enfadado con el turista, sino con la falta de empleo y de equilibrio entre el desarrollo turístico y la calidad de vida de los residentes.

Es fundamental limitar los apartamentos turísticos y fomentar viviendas sociales para mejorar la calidad de vida de los vecinos sin que abandonen sus barrios.

Actualmente, el turista es percibido como una amenaza porque se asocia con la pérdida de la vivienda en el barrio natal. Esto contrasta con épocas pasadas, cuando la llegada de barcos al puerto era una oportunidad de comercio y enriquecimiento cultural.

Es urgente replantear el modelo de gestión turística en Cádiz para que los ciudadanos vean al turista como una fuente de ingresos y de intercambio cultural, como lo ha sido durante siglos.

 

*Ricardo Zapata García es Técnico y especialista en Turismo

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