Ha quedado muy atrás, prácticamente enterrado, aquel maravilloso complejo turístico, pionero no solo en Tenerife y en Canarias, sino en el ámbito nacional que fue Ten-Bel (Tenerife Bélgica), surgido del esfuerzo y empuje del empresario belga Michel Albert Huygens.

Ten-Bel nació 1963 y con él las construcciones de las urbanizaciones, parte del complejo hotelero, de Alborada, Drago, Géminis, Maravilla, Bella Vista, Frontera, Primavera y Eureka (que todavía conforman y mantienen el complejo), rodeado de jardines, unido por paseos, pequeños parques y calles.
 

Ten-Bel y Michel Albert Huygens

Ten-Bel y Michel Albert Huygens

De 5.200 camas que componían el complejo en los 70, se han pasado, vía expolio y ventas varias, a unas 570 camas en 2022. De un proyecto orgullo de su municipio, el de Arona, en el sur de la isla de Tenerife, que ha servido de promoción del mismo en múltiples ocasiones, se ha pasado a un problema obviado e incómodo para muchos, políticos, instituciones y actual propiedad —administrador concursal incluido—. De aquellos turistas nacionales y extranjeros de primera calidad hemos pasado, en su mayoría, a turistas de cuarta que ocasionan destrozos y problemas en línea con la decadencia del lugar. Clientes que por 30 euros se alojan en una habitación que, a pesar de los 50 años que han pasado desde la llegada de su primer cliente, se mantiene sin reforma alguna y, por supuesto, con el deterioro del transcurrir de medio siglo.

No es extraño comprobar como los más asiduos al hotel, bajo muchas denominaciones a lo largo de los años, hoy Alborada Ocean Club, no son precisamente clientes, sino cuerpos de seguridad del Estado —unas veces miembros de la policía local; otras, de la Guardia Civil— que, fin de semana sí y fin de semana también, se personan por reyertas de “insignes clientes” a quien el hotel se enfoca, hotel cuya propiedad es la sociedad TenBel Turismo S.L. El hotel también recibe visitas de tanto en cuanto de inspectores para levantar actas y abrir expedientes. Actas y expedientes que se traducen en infracciones unas veces y diligencias de embargos por impago otras y que a buen seguro formarán columnas de papeles en varias administraciones públicas.
 

Transformación Ten-Bel

Transformación Ten-Bel

Ten-Bel. Su maldita hemeroteca


Releyendo las muchas noticias de Ten-Bel, hoy muy de actualidad por las amargas, desoídas y reiteradas quejas de sus habitantes, leo anuncios de promesas de uno de sus accionistas y del propio Ayuntamiento en relación con mejoras a modo de inversión y transformación del lugar trasladando allí servicios públicos como un centro de salud, la sede de la policía local y de atención a la ciudadanía. Noticias que desde 2013 no han sido más que palabras lanzadas al viento, palabras vacías, brindis al sol y cantos de sirena.

Las realidades, muy al contrario, son otras: en ellas encontramos anuncios de huelgas de trabajadores por impago de sus salarios en momentos temporales y gestiones varias (que se mantienen hoy día), además de múltiples denuncias por el estado de abandono de Ten-Bel, la ocupación ilegal de parte de sus inmuebles y hasta el desahucio judicial reciente de su gestor anterior, y todo ello en el marco de posiblemente unos de los más extendidos en el tiempo procesos concursales, iniciándose el expediente en 2013, aprobándose en 2014 y prolongándose hasta hoy, procedimiento concursal voluntario designado a la empresa Clavijo Rodríguez Auditores, ubicada en la capital tinerfeña cuyo titular es el letrado D. Corviniano Ángel Clavijo Rodríguez. Las consecuencias de dicho concurso hasta ahora no se han visto desde luego reflejadas en una mejora palpable de la situación sino en el aumento de una deuda que por supuesto nadie quiere asumir.
 

Ten Bel, ciudad de vacaciones De las crónicas de los 70 a la cruda realidad de hoy

Ten-Bel, ciudad de vacaciones De las crónicas de los 70 a la cruda realidad de hoy

Según las crónicas y reportajes recientes, en enero de 2018 los cantos de sirena de un malhumorado señor, que se anuncia como accionista de TenBel Turismo, S.L., irrumpieron “en el punto de mira” de la reportera Verónica Dulanto, que repitió, algo más que contrariado, y aparentemente cargado de razón hasta en cuatro ocasiones que Ten-Bel iba a ser rehabilitado a cambio de una licencia para construir un hotel de lujo; entiendo que ese “intercambio” al que se refería el “buen” señor pretendía implicar al ayuntamiento de turno, el de Arona, que por fin recepcionaría la urbanización, calles, parques, alumbrados, canalizaciones de agua, alcantarillado etc.… para que entre otras cosas se posibilite la independencia eléctrica de todo aquel que disponga de una vivienda, hoy inviable y motivo de cortes por impago de la propiedad ante la inacción de Ayuntamiento e instituciones. En 2022, tres años más tarde, no hay rastro de proyecto de hotel de lujo ni rehabilitación alguna; tampoco más comentarios al respecto de un señor malhumorado que a pesar de repetir una mentira hasta cuatro veces no logró que esta se convirtiera en verdad. Cantos de sirena.
 

Ten-Bel, ciudad de vacaciones De las crónicas de los 70 a la cruda realidad de hoy

Ten-Bel, ciudad de vacaciones De las crónicas de los 70 a la cruda realidad de hoy

Hoy la realidad es otra siendo la única licencia existente, la que mantiene la sociedad TenBel Turismo S.L. en relación con la explotación de probablemente la mayor piscina de agua salada de la isla de Tenerife con 2.700 metros cuadrados, un privilegio al alcance de muy pocos; recurso natural de todos los isleños, disfrutado solo por “unos pocos” y principalmente por una sociedad poco ejemplar que irónicamente recibe el premio de gestionar un bien público y activo natural por un período nada desdeñable. A tenor del deterioro constante de dicha zona no parece nada halagüeño el futuro de ese enclave de la costa de Arona de unos 5.000 metros cuadrados de costa. Acercarse a dicha piscina de pertenencia pública y explotación privada, en un enclave único, es simplemente descorazonador. El abandono y decadencia se hace patente también en el suelo de la piscina y alrededores. Siendo así parece extraño que el Ministerio para la Transición Ecológica, a través de su secretaria de Estado de Medioambiente o de Costas no tome cartas en el asunto actuando en favor del interés general conducente a la preservación de ese tesoro natural, hoy en manos privadas, las manos de TenBel Turismo, S.L.

Ya en 2016, el entonces concejal de Turismo del Ayuntamiento de Arona, hoy consejero delegado de Turismo de Tenerife, D. David M. Pérez, publicaba orgulloso en redes que trabajaban conjuntamente con TenBel Turismo, S.L., aun siendo privado, en la búsqueda de soluciones y que ya no iba a haber marcha atrás. En 2018 él mismo replicaba una noticia donde se anunciaba el primer hotel de 5 estrellas gran lujo en Ten-Bel. Hoy de todo aquello y una vez más solo quedan los cantos de sirena.


 

Situación actual


Los habitantes de Ten-Bel, muchos de ellos de nacionalidad belga, sufren una vez más la gestión de los accionistas de TenBel Turismo, S.L. En esta ocasión y derivado de sus impagos recibieron en diciembre el “regalo navideño” del corte del suministro eléctrico, una vez más por impago de TenBel Turismo, S.L.

Los trabajadores de lo que queda de hotel siguen con la incertidumbre de si cobrarán el mes que viene, sin clientes en sus habitaciones y con las cuentas del hotel embargadas por Hacienda y Seguridad Social derivada de las crecientes deudas de la sociedad propietaria. Las comunidades de propietarios siguen esperando recibir los pagos pendientes que ascienden a sumas millonarias también de esta.

Y los residentes en Las Galletas, Arona, sufren la inseguridad y el desamparo al caminar por los escombros de lo que en su día fue orgullo de Tenerife y su turismo, que hoy se ha transformado en vergüenza a la que unos y otros prefieren dar la espalda. Y yo me pregunto, ¿hasta cuándo?

 

*Fleur Robbrecht es Account & Product Manager de Food Benelux. Su familia tiene desde hace 40 años un apartamento en una de sus urbanizaciones de Ten Bel, por lo que ella se dedica a divulgar la problemática del complejo en los medios belgas y locales.