Opinión

El turismo chino es el futuro y siempre lo será

En el 2019, los chinos tendrían que haber realizado 5 millones de pernoctaciones en España, pero en las estadísticas solo salen contabilizadas 2 millones

Según los datos oficiales basados en las encuestas que hace el INE: Frontur es número de turistas que llegan a España y Egatur significa cuánto gastan. En el año 2019 llegaron 700.000 turistas chinos, que pernoctaron de media 7,8 noches y gastaron de media 2.400 euros.

En consecuencia, tendrían que haber realizado 5 millones y medio de pernoctaciones y gastado 1.680 millones de euros, pero en las estadísticas sobre pernoctaciones de los extranjeros solo están contabilizadas 2.200.000.

El 22% de los chinos entrevistados —alrededor de 170.000— aseguran haberse alojado en casas de familiares y amigos, y que pernoctaron de media 16 noches. En cuanto al gasto, el Banco de España, al medir los ingresos por turismo, ni siquiera ofrece una cifra desagregada para los chinos, sino que los incluye en genérico Asia. El conjunto de los turistas procedentes de Asia habría gastado ese año 3.635 millones de euros en nuestro país.

Turistas chinos

Estas cifras tienen importantes agujeros. Resulta que, en el año de referencia, solo llegaron en vuelo directo algo más de 150.000, los 550.000 restantes tendrían que haber llegado por otros medios. Probablemente desde Europa como parte de un viaje a varios países. En ese caso es inconcebible que pernocten aquí 8 noches, que suele ser la duración total de los viajes a Europa de los chinos. Sería mayor que, por ejemplo, que las que realizan los británicos.

Los chinos viajan, sobre todo, al near abroad (los países vecinos). El 80% de los que viajan por primera lo hacen para visitar un casino en lugares como Singapur y sobre todo Macao (China). El gobierno chino ha tomado serias medidas para terminar con este tipo de viajes.

El teórico gasto de 1.680 millones de euros también tiene problemas. Una cosa es el gasto total en el viaje y otra el gasto en España. El gasto real en España sería de unos 1.100 millones de euros una vez descontado el gasto en transporte e intermediación. Como caso único, la mitad de ese gasto se efectúa en compras, que al ser realizadas por nacionales de países no miembros de la UE, tienen derecho a la devolución del IVA. Los norteamericanos, por ejemplo, gastan mucho menos en compras, pero mucho más en hoteles, especialmente los de 5 estrellas.

En total, aquí se dejan unos cientos de millones de euros, del orden del 1% de los ingresos por turismo extranjero—71.000 millones en 2019—. ¿Por qué entonces se dedican tantos espacios informativos y tanto esfuerzo de distintas entidades a este turismo de resultados mediocres?

Bandera china

En primer lugar, por los pocos pero importantes beneficiados: Aena, las tiendas del barrio de Salamanca de Madrid y del Paseo de Gracias en Barcelona, los outlets, las empresas que gestionan la devolución del IVA, y El Corte Inglés son poderosos y tienen los bolsillos publicitarios profundos. Han logrado convencer las administraciones de que un fenómeno local: solo tienen importancia en tres ciudades españolas, las mencionadas anteriormente, y Sevilla. Tan fuertes son que usan la disculpa china para la ampliación de Barajas —necesaria en todo caso, pero por otros motivos— y la frustrada del Prat.

Parece además que la experiencia no sirve: Iberia, Air Europa, Air Plus Comet, se tuvieron que retirar de ese mercado con las alforjas vacías. El Covid-19 y la posterior política de Covid 0, que tan graves consecuencias han tenido, nos han señalado la debilidad de esa dependencia. La situación tras las demostraciones callejeras —algo bien raro— que pueden indicar que el abrazo entre el Partido Comunista y la población ya no es tan cariñoso como antes. Las limitaciones se han terminado, pero las infecciones han aumentado hasta límites desconocidos y muy peligrosos. Ahora los chinos pueden salir, pero la mayor parte de los países no quieren que entren.

En estas condiciones, el turismo chino en Europa tardará en recuperarse.

Es inevitable acordarse del gran Stefan Zweig y de su libro de 1941: "Brasil país del futuro” y de la cínica respuesta que se atribuye a De Gaulle: “Y siempre lo será“

 

 

*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET). 

 

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