Opinión
Uzbekistán, preparado para encabezar una nueva era turística
En este artículo os voy a hablar de por qué Uzbekistán está de moda turísticamente hablando
Uzbekistán es un país de contrastes que vale la pena contrastar. Yo he pasado casi un año de mi vida allí y no descarto volver; y a pesar de que algunos siguen catalogando como conflictivos a todos los países que acaban en -istan, nada más lejos de la realidad. En este artículo os voy a hablar de por qué Uzbekistán está de moda turísticamente hablando.
Uzbekistán, rodeado de otros países y sin vistas al mar, es conocido principalmente por la famosa ruta de la seda y por ser el más poblado de Asia Central. Su tamaño es similar al de España y cuenta con una población aproximada de 30 millones de personas. En 1991 se independizó de la Unión Soviética y su principal religión es la musulmana. Es uno de los pueblos más hospitalarios que he conocido, un pueblo gentil, respetuoso, abierto a todo tipo de culturas y creencias, que conviven sanamente unas con otras. Los idiomas principales son el uzbeko y el ruso, aunque el inglés está creciendo entre la población debido a la apuesta cada vez más firme en el turismo.
Tashkent es la capital y en la actualidad podemos ver en ella, y de manera intacta, antiguas construcciones de la época comunista con nuevas infraestructuras que nos indican el auge y cambio de modelo social y económico para las próximas décadas. Con más de 2 millones de habitantes, es la ciudad más grande de Asia Central.
A pocos kilómetros de Tashkent, encontramos la ciudad de Samarkanda, quizás la más conocida de Uzbekistán, principalmente por la propia ruta de la seda que se iniciaba en China pasando por toda Asia Central hasta llegar a Turquía. Samarkanda, es un paso importante, ya que todas las caravanas de dicha ruta, se cruzaban en esta ciudad.
Hay tanto que visitar en Uzbekistán que un solo viaje no bastará para poder disfrutar de todo su esplendor, historia, costumbres, gastronomía y monumentos; monumentos imprescindibles en Khiva, la plaza del Registán, el Mausoleo de Gur Amir, Bukhara, Kaskadarya, Fergana entre otros. Mezquitas milenarias como la de Bolo Hauz, la mezquita Bibi khanum, KhastImom Mosque, situada en la misma capital o la mezquita de MadrasaIslom-Uja.
Si hablamos de gastronomía, ya pasamos a otro nivel. Uzbekistán se caracteriza por que ha sabido mantener en el tiempo un recetario ancestral y que, a la vez, ha ido modernizando con el paso de los años, pero siempre basándose en sus tradiciones y platos originales. Poco a poco se ha ido actualizando y hoy por hoy podemos encontrar restaurantes de toda clase a nivel internacional mezclados con la auténtica esencia gastronómica uzbeka. El carbón, las brasas, y el olor a plov —plato tradicional— que se siente y percibe en cualquier rincón del país unido a una gastronomía a base de todo tipo de carnes —especialmente cordero o cabrito y ternera—, verduras frescas y especies.
Créeme, si viajas a Uzbekistán es fundamental que pruebes el plov, el rey de la gastronomía uzbeka a base de arroz, comino, bayas de espino y guindillas, aceite, carne, garbanzos, cebolla, zanahoria amarilla, arroz, pasas y especias. Es un plato tradicional que suele prepararse al aire libre y lo podrás encontrar en cualquier rincón, calle, fiesta o celebración especial. Dentro del gran abanico gastronómico que tienen en este maravilloso país, otro y muy especial es el pan, sagrado para unos, lleno de historias y leyendas que lo engrandecen, para otros, y que forma parte obligatoria de cualquier comida. Se llama lepioska y es una especie de corona esponjosa con un agujero en el centro, crujiente en su base, espolvoreada con sésamo blanco o negro antes de hornearlo. Hay muchas creencias alrededor de este gran producto y, entre otras, no verás nunca a un nativo cortar el pan con cuchillo, siempre lo hacen con las manos. Otra creencia es una ceremonia en las bodas llamada “el rompimiento del pan” que asegura la estabilidad en el tiempo de la pareja.
Lo más curioso de la cocción del pan uzbeko son los hornos de arcilla llamados tandir, donde el pan se pega en las paredes para que se cocine. No es un pan que suba en la cocción, más bien se dora y se infla hasta que queda en su justo punto.
Es uno de los países más seguros del mundo, puedes caminar sin miedo a las 12 del mediodía o a las 3 de la madrugada, y si estás perdido siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte.
Como decía al principio, es un país cada vez más abierto al turismo y cuida de él de manera especial, tanto los propios ciudadanos como las autoridades políticas, a la vez que intentan cada vez más, estar más al día tecnológicamente hablando y con ofertas e infraestructuras dignas del siglo XXI. Hablando de contrastes, en verano puedes estar a 50 °C —por eso, verás que la mayoría de los coches en cualquier ciudad son de color blanco, ya que absorben poco el calor— y en invierno mandan las bajas temperaturas y todo el paisaje se tiñe de blanco cubierto por la nieve.
A nivel hotelero encontrarás desde pensiones a hoteles familiares o establecimiento de lujo. Por recomendar alguno en esa nueva ola de apertura al turismo, os recomiendo el hotel Wyndham Tashkent, a un precio muy razonable a pesar de su categoría. Este 5 estrellas está situado en el centro de la capital, ofrece gimnasio, grandes piscinas cubiertas y al aire libre, sauna y baño de vapor turco. Hay WiFi gratuita en todas las instalaciones. También hay salón de belleza, centro de negocios, oficina de cambio de divisas, agencia de viajes, aparcamiento y consigna de equipaje. Las amplias habitaciones del Wyndham Tashkent están completamente renovadas desde 2017, presentan un diseño clásico y moderno. Todas tienen aire acondicionado regulable e incluyen TV vía satélite, minibar y set de té y café. Todas las mañanas se sirve un desayuno buffet en el restaurante Turkuaz, donde los huéspedes pueden disfrutar de la variedad de la cocina internacional y uzbeka, así como música de piano en directo.
También dispone de cinco salas de conferencias totalmente equipadas para celebrar reuniones de negocios y eventos corporativos.
La estación de metro Abdullah Qodiriy se encuentra a 5 minutos a pie. Asimismo, el hotel se encuentra a 200 metros del Museo Amir Timur y a 4 km del famoso bazar Çhorsu.
Se debe tener en cuenta también Amirsoy Mountain, la que se ha convertido en la mejor estación de Asia Central para el esquí en invierno y para deportes de montaña en el verano. Tiene que ser parada obligatoria, aunque solo sea una noche. La apertura de la primera estación de esquí de clase mundial en Uzbekistán ha significado una alegría para residentes y turistas. Se trata de una enorme zona turística (casi 900 hectáreas) se encuentra en el distrito de Bostanlyk, de la región de Tashkent. La zona recreativa de montaña "Amirsoy" ya ha demostrado ser el proyecto más ambicioso y moderno de los últimos años, y el gran flujo de turistas es la confirmación.
Amirsoy Mountain es una red única en Uzbekistán con 13 pistas de esquí, de casi 22 km de longitud y de diferentes grados de complejidad, tanto para principiantes como para profesionales. Las pistas de montaña están equipadas con un sistema de nieve artificial que permite que la estación funcione de forma ininterrumpida sin tener que depender de las condiciones climáticas. Por el momento, dos telecabinas, con capacidad para 8 personas, cubren toda la extensión.
La infraestructura altamente desarrollada, de esta estación de esquí inaugurada en 2018, merece especial atención, ya que cuenta con todo lo necesario: una escuela de instructores altamente cualificados, puntos convenientemente ubicados para el alquiler de todo el equipo de esquí, restaurantes de cocina nacional y europea, así como bares con alto servicio y atención a cada huésped, un parque de snowboard con senderos especialmente equipados para principiantes y profesionales y un parque infantil para los esquiadores más pequeños.
Otro punto a destacar, y que tanto atrae a los turistas, son los recorridos gastronómicos en la montaña. Imagínate lo agradable que es degustar la deliciosa cocina uzbeka a una altura sin precedentes, rodeado de nieve y aire fresco.
Sin duda alguna, la estación de esquí Amirsoy ofrece un nivel de confort completamente nuevo, una nueva etapa del estándar mundial en Uzbekistán, donde cada huésped siente la emoción de unas verdaderas vacaciones activas, acompañadas del mejor servicio, una infraestructura bien pensada y, de por supuesto, hermosos paisajes escénicos.
Uzbekistán… un país listo para encabezar la nueva era turística.
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