La pandemia ha castigado duramente al sector turístico, pero la industria de los cruceros lo ha sufrido especialmente. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos prohibieron la salida de puerto de este tipo de barcos desde marzo hasta octubre, aunque las compañías habían suspendido voluntariamente su actividad poco antes.
Sin pasajeros, las compañías de cruceros han perdido mucho dinero. Por poner un ejemplo, Royal Caribbean perdió 1.300 millones de dólares (1.074.703.500 €) solo en el tercer trimestre de 2020. Mientras que Carnival durante los tres primeros trimestres encajó unas pérdidas 8.000 millones de dólares (6.613.560.000 €). En general, en la industria se destruyeron 518.000 puestos de trabajo.
Sin embargo, las compañías de cruceros se muestran optimistas. A pesar de que no se espera una recuperación hasta el segundo trimestre de 2021, Vance Gulliksen, portavoz de Carnival, ha asegurado a la BBC que “los pasajeros de crucero suelen repetir cada dos años o más, por lo que existe una acumulación de viajeros esperando volver a navegar”.
Tal es la esperanza de Carnival, que durante el 2021 espera inaugurar su nuevo buque, el Mardi Gras, un proyecto de 1.000 millones de dólares (826.695.000 €) que contará con un parque acuático, paneles móviles que se abren a los lados del barco para ver el mar e incluso un coche antiguo en exposición. Pero, sin duda, la gran apuesta de la compañía ha sido instalar la primera montaña rusa del mundo sobre el mar.
Una vez se recupere el movimiento turístico, las empresas del sector (hoteles, transportes, ocio, etc.) tendrán que recuperar no solo a los clientes, sino también su confianza ante el complejo escenario que ha dejado la pandemia ¿serán estas atracciones el nuevo gran atractivo de los cruceros para atraer a los turistas?.