Se confirma la leyenda: en Disneylandia conviven los vivos y difuntos. Y es que, muchas personas esparcen las cenizas de sus familiares o amigos fallecidos en el reino de la magia. Los empleados, incluso, cuentan con un código secreto para ordenar la recogida dichos restos: limpieza Hepa.
Precisamente, los trabajadores de los parques Walt Disney World y Disneyland, ubicados en Orlando (Florida) y Anaheim (California), respectivamente, corroboraron esta leyenda al diario estadounidense The Wall Street Journal. Incluso, aseguraron que el lugar donde más cenizas se depositan es en La Mansión Encantada (Walt Disney World), donde los protagonistas son los espíritus. “Aquello está repleto de cenizas humanas”, aseguraron los trabajadores.
Cada vez que se da el aviso 'limpieza Hepa', los empleados del parque se equipan con aspiradoras con filtros especiales para retirar las cenizas. La orden se efectúa siempre que se detectan montocitos sospechosos de polvo gris. Entonces, la zona queda precintada con un cartel de ‘cerrado por dificultades técnicas’, con el fin de no llamar la atención de los usuarios, y se procede a la limpieza. El paradero final de estos restos se desconoce, aunque es muy probable que sea el vertedero.
Lo cierto es que las leyes estadounidenses prohíben esparcir las cenizas sin permiso, pero son muchos quienes se arriesgan por cumplir la voluntad de sus difuntos. Para superar los controles de seguridad, los familiares ocultan las cenizas en recipientes de medicinas o de maquillaje, así como en bolsas de plástico que son camufladas con el doble forro de un bolso o mochila.
Las sospechas sobre estos hechos comenzaron en 2007, concretamente en la atracción de Piratas del Caribe, cuando varios usuarios vieron a un hombre arrojar una sustancia al agua que baña que esta instalación. Más tarde se descubrió que la extraña sustancia era ceniza. De hecho, estos restos están por todas partes, en las afueras del castillo de la Cenicienta, en las macetas o en las zonas ajardinadas. A los empleados, por su parte, les resulta “horrible” tener que aspirar a los difuntos.