Una larga lista de accidentes sufridos por el modelo de avión DC-10 puso en tela de juicio, hace unos años, la seguridad de estas grandes aeronaves.
Fabricados por la firma norteamericana McDonnell Douglas, entraron en servicio comercial en 1971 y algunos de estos aviones, utilizados por más de 15 compañías aéreas en el mundo, protagonizaron situaciones de alarma en aeropuertos de Europa, América y África.
En 20 años de producción, McDonnell Douglas fabricó un total de 386 aviones DC-10. Absorbido más tarde por Boeing, estos aparatos llegaron a numerosas aerolíneas comerciales y solo 60 fueron entregados a las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, como un avión para misiones de reabastecimiento de combustible.
La serie 10 de este avión se construyó para rutas domésticas de no más de 3.500 millas náuticas de autonomía y las series 30 y 40 para realizar vuelos intercontinentales.
Después de la primera entrega a la compañía ‘American’ en 1971, varias aerolíneas como Delta Airlines, Air Canadá, Continental Airlines, Iberia, Aeroméxico, entre otras se interesaron en el equipo con su primera versión.
Pero, una cadena de sucesos, algunos de ellos fatales, comenzaron a afectar las operaciones de los aviones entregados y la producción de los futuros. El primer duro revés para el fabricante tuvo lugar en 1974 cuando un DC- 10 de la aerolínea Turkish Airlines impactó contra el terreno 10 minutos después de haber despegado y murieron 346 personas.
El primer error fue el diseño de las puertas de carga que no cerraban ni aseguraban adecuadamente, causando problemas de presurización en la aeronave. Varios apodos como: Crucero de la Muerte o Desastre Donalds fueron adjudicados al avión.
Desde el comienzo de sus operaciones hasta sus últimos días de producción, se registraron 53 incidentes y accidentes, no todos fatales, que afectaron la reputación y el diseño de la aeronave. En la década de los noventa, varias aerolíneas dejaron de operar con estos aviones y muchos fueron vendidos a las cargueras como FedEx.
A pesar de esta larga lista de sucesos, en el año 2010 Boeing anunció que habría recibido un contrato por 216 millones de dólares para mejorar la flota de 56 aviones KC-10 (versión de carga), para la flota que aún permanece en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
El DC-10 fue un producto de la aeronáutica moderna que tuvo seguidores y detractores. A pesar de los errores en su diseño, cuando aterrizaron las primeras aeronaves en Europa la gente de otras aerolíneas venían a admirar a aquellos majestuosos DC-10. En la actualidad no se ven mucho y han pasado a ser casi antigüedades, dignas de ser expuestas en un museo al aire libre.