El turismo homosexual goza de un gran atractivo para los destinos, debido al gran flujo de personas que mueve y a los ingresos que genera. En Berlín, hace años que surgió una fiesta gay, que se celebra anualmente, especialmente llamativa, ya sea por su temática, por la exaltación del erotismo masculino homosexual que engloba o por sus reglas: el sadomasoquismo, dominar o someterse.
Se trata del Mercado de las Yeguas que, según informa El País Semanal, solo admite a hombres que deben decidir, antes de entrar, si prefieren desempeñar el papel de yegua o semental, lo que equivale a sumiso o dominante. En el club Kit-Kat, donde se celebra el evento, se encuentran unos y otros en una fiesta sexual que sigue unas extrictas normas fijadas de antemano y que son supervisadas por vigilantes denominados “mozos de caballeriza”.
Este evento suele tener una afluencia, por lo general, de 200 personas. Además, se ha extendido a otras cuatro ciudades alemanas: Hamburgo, Leipzig, Mannheim y Colonia, así como a Ámsterdam (Países Bajos). A su vez, suele haber bastante equilibrio entre el número de yeguas y sementales. Los asistentes, por su parte, tienen una media de edad alrededor de 40 años y no siguen ningún tipo de estereotipo, pues los cuerpos fofos y musculados abundan a partes iguales.