La aldea gallega de Aceredo, ubicada en el sur de la provincia de Ourense en la frontera entre Galicia y Portugal, había permanecido sumergida en el embalse de Lindoso hasta hace unos meses. Ahora, la sequía que afecta a la región y el vaciado de la presa para producir electricidad la han hecho emerger tras cerca de treinta años y se ha convertido en un reclamo turístico temporal.
El embalse de Lindoso fue construido en el río Limia entre los años 80 y 90 para la producción de electricidad en Portugal —es gestionado por la empresa portuguesa EDP— y como consecuencia fueron inundadas varias aldeas gallegas fronterizas: Buscalque, O Bao, Lantemil, A Reloeira y Aceredo, según informa elDiario.es.
Actualmente, la reaparición de los restos del pueblo de Aceredo, con sus antiguas casas de piedra, objetos y algún que otro coche que sus habitantes dejaron atrás al abandonarlo, atrae a muchos visitantes curiosos y turistas al lugar, que se ha convertido en un atractivo turístico para visitar los municipios gallegos de Lobios y Entrimo, hasta que las lluvias vuelvan a inundarlo.