La publicación Travelmole ha asegurado que un ataque con dron podría causar más daño a un avión que la colisión con un pájaro. El mayor deterioro se produciría en el motor o en el área de la cola.
Una investigación encargada por la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA), ha estudiado varios escenarios de impacto y ha llegado a la conclusión de que la presencia de la batería de litio del dron, cuando no se destruye por completo en el choque, supone un riesgo adicional de incendio. Generalmente, los parabrisas de las aeronaves sufrieron el menor daño y los estabilizadores horizontales resultaron gravemente afectados.
Marty Rogers, investigador por la Universidad Estatal de Misisipi, ha explicado que aunque los resultados del impacto de las aves en los aviones están bien documentados, se sabe poco sobre los efectos de los sistemas de aviones no tripulados, más rígidos y de mayor tamaño, en las estructuras de aviones y sistemas de propulsión.
“Los resultados de este trabajo son fundamentales para la seguridad de los vuelos comerciales en Estados Unidos y en todo el mundo”, enfatiza Rogers. La investigación adicional continuará en múltiples fases hasta el 2021.