De Japón se puede esperar casi todo. Ideas originales, creativas y atrevidas surgen de la nación del sol naciente y su última aportación ha sido un tren que ladra.
Sin embargo, no se trata de una excentricidad, sino de una solución práctica para un problema habitual en el país nipón. Según explica la web del ‘World Economic Forum’, cada año mueren más de 600 ciervos atropellados por un ferrocarril, ya que estos animales se sienten especialmente atraídos por el hierro que conforma la infraestructura ferroviaria. Así, los mamíferos tienden a chupar las vías durante el atardecer.
Puesto que los trenes no pueden detener su camino para esquivar a los grupos de animales, los expertos han decidido crear un tren que emite ladridos de perro para ahuyentarlos y evitar muertes innecesarias. Cuando el convoy se acerca a las zonas más frecuentadas, emite durante tres segundos sonidos de berrea (sonido de los machos cuando están en celo) y 20 segundos de ladrido.
La idea es del de Instituto Técnico de Investigación del Ferrocarril y sus pruebas han sido todo un éxito. En concreto, los avistamientos de animales en los modelos probados se ha reducido un 45%.
Anteriormente, los investigadores nipones probaron esparciendo heces de predadores cerca de los puntos de peligro, aunque no funcionó. Más útil fue la utilización de ultrasonidos.