Dentro del mundo de los videojuegos existen muchos géneros como la acción o las plataformas, pero uno de los que gozan de un grupo de seguidores más acérrimos son los emuladores, es decir, juegos que emulan de la forma más fiel posible la vida real. Existen de todo tipo, desde los que te permiten ser granjero hasta los que te ponen a los mandos de aviones, sin embargo, un nuevo lanzamiento ha roto moldes.
Según explica Gizmodo, Airplane Mode, de AMC Games, convierte al jugador en un pasajero a bordo de un avión que cubre una ruta de seis horas que se desarrollan en tiempo real. Se define como "un juego donde el jugador es el pasajero, no el piloto. A bordo de una aerolínea comercial, el jugador decide cómo quiere pasar su tiempo en su asiento junto a la ventana mientras espera su vuelo transatlántico; dejando el resto a la aviación moderna. Volar es la manera más segura de viajar, así que no hay nada de lo que preocuparse".
En esta simulación no hay ningún objetivo ni sistema de puntuación, la única tarea del usuario es disfrutar de un largo viaje en clase turista. Lo único que se puede hacer durante las seis horas de juego es permanecer en el asiento, disfrutar de las vistas desde la ventanilla (ofrecen imágenes satelitales reales del terreno), poner atención a los vaivenes de la tripulación o degustar la comida a bordo.
Airplane Mode permite a los jugadores experimentar el despegue, el aterrizaje e incluso las turbulencias, los retrasos y los tan temidos llantos de bebé. Todo es aleatorio.
Para poder soportar la espera, el pasajero también dispone de distracciones como revistas con crucigramas y sudokus, tarjetas de información del avión, un libro, un Smartphone y el sistema de entretenimiento a bordo que ofrece películas de 1930 libres de derechos. También se puede fastidiar al resto del pasaje encendiendo y apagando las luces de lectura o subiendo y bajando la ventanilla.
Esta experiencia, creada solo para los jugadores más pacientes, saldrá al mercado en 2020 y podrá comprarse a través de la plataforma Steam. Una oportunidad única para sufrir/disfrutar un vuelo transatlántico.