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Se confirman los peores temores de los vecinos del Carmel tras el vallado de un mirador turístico en Barcelona

Como si de una premonición se tratara, los vecinos del barrio barcelonés del Carmel dieron en la diana hace aproximadamente un año, cuando pusieron de manifiesto su temor a que la medida municipal contra la masificación turística en el famoso mirador del Turó de la Rovira tuviera el efecto contrario. Y es que el vallado de la zona de los históricos búnkeres de la Guerra Civil, lejos de suponer una barrera a los visitantes, parece haber despertado todavía más interés, sobre todo entre los jóvenes.

Tal y como han asegurado residentes en la zona, el lugar atrae a más visitantes después de la hora de cierre de la valla, a las 19.30, que cuando permanece abierto durante el día. Además, la barrera perimetral ha provocado que las aglomeraciones por pícnics y botellones hayan empezado a ocupar los caminos y claros de los alrededores.
 

 La gente ya no puede ni sacar a pasear el perro”, denuncia una vecina


“Es que la gente ya no puede ni sacar a pasear el perro, porque por los caminos no cabes, tienes que estar abriéndote paso todo el rato, y a ratos ellos tampoco caben y se dispersan aún más, porque ya son tantos que ya bajan hasta el puente de madera, mucho más abajo. Y durante el día todo parece muy de postal, pero por la noche también continúa viniendo gente. A este paso este verano va a ser muy duro”, ha lamentado Montse, vecina del Carmel, en declaraciones a La Vanguardia.

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