Mientras que el Ayuntamiento de Barcelona, encabezado por Jaume Colboni, se ha propuesto eliminar totalmente los pisos turísticos de la ciudad, muchos vecinos siguen teniendo que lidiar con la difícil convivencia entre los residentes y la actividad turística en un mismo edificio.
Los ruidos constantes, las llamadas al telefonillo en mitad de la noche e incluso los intentos de acceder al inmueble alquilado a través de las terrazas de los residentes, están alterando el sueño y afectando a la salud de los barceloneses, según informa ElDiario.
Tanto es así que desde el Centro de Atención Primaria del barrio del Eixample —que concentra el 43% de las viviendas turísticas de toda la ciudad— se ha multiplicado el número de casos de personas cuya salud y calidad de vida se ha visto afectada por los pisos turísticos. De hecho, para el próximo otoño, hay programada una sesión formativa para discutir el impacto en la salud y qué medidas se pueden tomar.