Numerosas asociaciones y profesionales del sector turístico dominicano han tratado en los últimos tiempos de incentivar el turismo inmobiliario debido a sus largas estancias y, por tanto, mayor impacto económico. Sin embargo, este tipo de visitantes se ha encontrado con un grave problema en Bávaro (Punta Cana), uno de los destinos más reconocidos del país: el ruido.
Y es que, según narran algunos locales, muchos de estos turistas se han visto obligados a recortar sus estancias debido a las molestias que les producen los locales comerciales y de ocio de la zona. Además, se trata de un problema que se ha ido agravando durante los últimos años.
“Desde hace años se ha incrementado la presencia de restaurantes y bares que ponen en sus terrazas bocinas y música en vivo. Nosotros no pedimos que se cierren estos negocios, estamos pidiendo a las autoridades que se respeten las leyes, los decibeles y sobre todo los horarios”, señalan algunos de estos visitantes a Diario Libre.
Otro de los denunciantes explica que compró una propiedad en la zona hace cerca de una década con el objetivo de alquilarla a visitantes de larga estancia. Sin embargo, ahora está perdiendo aproximadamente 1.000 dólares por semana en concepto de alquiler: “La gente te alquila un apartamento por tres meses y a las varias noches se quieren ir”.