Dubái está pagando caro su permisividad con los viajes. El emirato es uno de los destinos favoritos de los europeos en invierno, ya que pueden escapar del frío, disfrutar del sol y de mejores temperaturas. Durante la pandemia, esa atracción ha aumentado debido a que en la mayor parte de Europa existen numerosas restricciones y casi todo permanece cerrado, mientras que en Dubái, los bares, restaurantes y el ocio siguen abiertos.
La llegada de turistas al emirato se ha visto acentuada durante los últimos meses de invierno, sin más limitaciones que la presentación de una PCR negativa realizada 72 horas antes de la llegada a Dubái. Decenas de miles de visitantes viajaron a la ciudad durante su temporada alta, Nochevieja, donde se celebraron fiestas para despedir el año, a diferencia de la mayor parte del resto del mundo.
Al mismo tiempo, desde el mes de noviembre, los casos de coronavirus han ido en aumento y las cifras comienzan a ser preocupantes. Con una media de 4.000 nuevos contagios diarios durante el mes pasado, los infectados pasaron de ser 80.000 a 290.000. Los casos de gravedad también han crecido y la presión hospitalaria comienza a ser insostenible.
Sin embargo, Dubái se niega a renunciar al turismo como su principal motor económico y, según apunta la CNN, los expertos no atribuyen el aumento de casos de Covid necesariamente a los turistas, sino a los expatriados, que en la ciudad suponen el 85% de la población. Muchos de ellos viajaron a sus países de origen durante las fiestas navideñas para visitar a sus familiares y amigos, lo que ha podido contribuir al empeoramiento de la situación epidemiológica.