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Francia pone fin a la reproducción de cetáceos en cautividad
Francia ha puesto punto final a la reproducción de delfines y orcas en cautividad. El Ministerio de Medio Ambiente ha publicado un decreto que establece que los parques acuáticos no podrán adquirir nuevos animales ni criarlos.
"Para asegurar la protección de las especies, mejorar su bienestar y suprimir el sufrimiento animal, queda prohibido mantener cetáceos en cautividad", expone la nueva ley que no se aplicará a las orcas y delfines que viven en los acuarios debidamente autorizados, y a los que se les impondrán normas más estrictas.
Las organizaciones defensoras de los derechos de los animales han mostrado su satisfacción, y ven esta medida como el camino hacia el fin de los circos marinos. Al firmar una primera versión del texto que endurecía las pautas para los delfinarios, Ségolène Royal, ministra de Medio Ambiente, “ha querido ser más radical” después de conocer que algunos animales son drogados en cautividad.
Medio Ambiente ha prohibido el uso de cloro para tratar el agua, el contacto directo entre el público y los animales, así como las inmersiones en los estanques. El decreto prevé, además, “un aumento de al menos 150% del espacio de las piscinas para permitir a los mamíferos marinos alejarse de los visitantes y de otros animales".
Cinco asociaciones animalistas, incluyendo a ‘One Voice’ y ‘Sea Shepherd’ han enviado un comunicado conjunto en el que apoyan la medida. "En concreto, eso significa que se acaban los programas de reproducción, de intercambios o de importación. Sin la posibilidad de renovar los cetáceos, significará el fin de los circos marinos en nuestro territorio", puntualizan.
El director del mayor delfinario de Francia, Jon Kershaw, mostró su enfado ante la medida, considerándola “una bomba” para este tipo de establecimientos. Marineland (en la Costa Azul) es el mayor parque de atracciones marinas de Europa, y como otros enclaves temáticos europeos está controlado por una multinacional española.
Según ha informado el Ministerio francés, el texto fue discutido con asociaciones de protección de la naturaleza y los animales, como WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), y se involucró también al Museo Nacional de Historia Natural. Ha sido aprobado después de un año de análisis y los establecimientos tienen seis meses para adaptarse a las nuevas normas, y hasta tres años para expandir sus estanques.
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