Grecia reabrió más de 500 playas el pasado fin de semana, cuando se registraron temperaturas de 40º, bajo una serie de condiciones para preservar la seguridad de los bañistas.
Por ejemplo, tal y como reseña Tourexpi, solo se permite la presencia de 40 personas en un espacio de 1.000 metros cuadrados. Las sombrillas, además, deben guardar una distancia de cuatro metros y solo pueden cobijar un máximo de dos tumbonas. Los chiringuitos, por su parte, solo pueden vender comida envasada y tienen prohibida la venta de alcohol.
La violación de estas normas por parte de los operadores de los servicios de playa (tumbonas o chiringuitos) conlleva multas de hasta 20.000 euros y al cierre del negocio por un período de 30 días. Estas medidas podrían marcar precedente para los destinos que van más lentos en la desescalada, debido a que la incidencia del virus en ellos ha sido mayor como el caso de España, Francia o Turquía.
El gobierno heleno anunció que los establecimientos de restauración del país podrán abrir el lunes 25 de mayo. Lo cierto es que el objetivo de Grecia es recuperar el turismo internacional a partir del 1 de julio. Para ello, mantendrá reuniones, en los próximos días, con ministros de asuntos exteriores europeos, para discutir sobre el levantamiento gradual de las restricciones de viaje.