La hostelería y el comercio de Ibiza están viviendo una de sus peores temporadas, peor incluso que las vividas en pandemia. A pesar de que los turistas siguen llegando a la isla en cifras de récord, este tipo de establecimientos se encuentra la mayor parte del tiempo vacíos. Se trata de una sensación generalizada a lo largo y ancho de la Isla Blanca.

Esto puede suponer un grave problema, ya que este tipo de establecimientos viven durante todo el año gracias a los beneficios que extraen de la temporada, supuestamente los meses de “máxima actividad”.

El Periódico de Ibiza se ha dirigido a Platja d’en Bossa, una de las zonas más turísticas de la isla, y ha preguntado a hosteleros y comerciantes si conocen la raíz del problema. Prácticamente todos lo achacan a lo económico y aseguran que cada vez menos familias pueden permitirse viajar a Ibiza, lo cual se ha convertido en todo un lujo.

Y tal y como recoge el citado diario, el que más sufre con todo este problema es el trabajador, ya que los dueños de estos comercios se están viendo obligados a reducir el personal también en verano. “El año pasado teníamos siete empleados contratados, este año hay dos trabajadoras y otra chica que hace media jornada”, explica Marga, dueña de la tienda de moda Dreams.