La parisina Catedral de Notre Dame fue pasto de las llamas hace cinco años y ahora casi es pasto del afán recaudatorio del Estado francés. El Gobierno galo pretendía cobrar por acceder al emblemático templo, que reabrirá remozado sus puertas el 7 de diciembre, pero la Iglesia Católica ha descartado tal posibilidad, asegurando que las visitas a su interior seguirán siendo gratuitas, como antes del incendio que obligó a clausurarlo, informa Cope.
En Francia todos los monumentos histórico-artísticos son propiedad del Estado. Pero en el caso de los templos, la Iglesia católica conserva derecho de uso para actividades litúrgicas, pese a la titularidad pública. Esta bicefalia provocó un conflicto entre autoridades civiles y religiosas, pues la Iglesia se opone a que la entrada al templo sea de pago, frente a la pretensión gubernamental.
La ministra de Cultura, Rachida Dati, había propuesto el cobro de un óbolo de cinco euros por visitante, que se destinarían a la conservación del patrimonio religioso. Posteriormente, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, zanjó la cuestión descartando el pago de cualquier cantidad para acceder a la catedral, cuya reapertura se perfila como el gran acontecimiento parisino del último tramo del año.
El próximo 7 de diciembre habrá una ceremonia oficial, a la que acudirá el presidente francés, Emmanuel Macron, y un día más tarde una misa para los fieles. Macron ofrecerá un discurso el 7 de diciembre en la explanada exterior de la catedral, a fin de respetar los principios de laicidad del Estado, y las ceremonias en el interior de Notre Dame estarán encabezadas por Laurent Ulrich.