Italia vuelve a confinar a la gran mayoría del país, después de que el repunte de casos de Covid-19 haya hecho que la presión hospitalaria se haya elevado por encima de la barrera crítica fijada por el ejecutivo transalpino (por encima del 30%).
En concreto, a partir de este lunes y hasta el 7 de abril, las zonas consideradas como rojas —Lombardía, Provincia de Trento, Campania, Emilia-Romaña, Friul-Venecia Julia, Lacio, Piamonte, Véneto, Las Marcas, Molise y Apulia— serán sometidas a un cierre estricto. En los días festivos de Semana Santa, del 3 al 5 de abril, todo el país será declarado zona roja.
Il Corriere della Sera explica que se ha ordenado en las zonas rojas el cierre de todas las actividades no esenciales y solo se podrá salir de casa para lo básico. Los establecimientos hosteleros solo podrán ofrecer servicio para llevar y en lo que respecta a los restaurantes y cafeterías de los establecimientos hoteleros, serán de uso exclusivo de los huéspedes.
Por su parte, quienes viven en la zona naranja —Abruzo, Calabria, Liguria, Sicilia, Umbría, Toscana, Valle de Aosta y Provincia de Bolzano— pueden desplazarse dentro de su municipio.
No se permiten los viajes interprovinciales en el país a no ser que sea por trabajo, salud o necesidad. Los italianos sí que pueden viajar al extranjero, aunque a su regreso deben someterse a prueba Covid-19 y cuarentena según el grado de riesgo del país que han visitado. De igual manera, las fronteras siguen abiertas a visitantes del exterior que, una vez allí, tendrán que someterse a las mismas reglas.
Cerdeña es considerada zona blanca y en ella se puede seguir llevando un ritmo de vida relativamente normal.