Hay que respetar esas voces. Es muy importante que la comunidad tenga su voz y que esta sea escuchada”. Así de comprensiva se muestra Julia Simpson, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), con las manifestaciones contra el turismo masivo que se han estado produciendo recientemente en Baleares, así como en otros puntos de España.

En una entrevista para el diario Última Hora, Simpson ha asegurado que “hay que seguir trabajando mano a mano con las comunidades y que haya un diálogo con la gente local para saber qué sienten y cómo les afecta” el turismo. No obstante, la directiva ha recordado que “el valor que trae este sector” y ha puesto como ejemplo el casco antiguo de Palma, que “estaba muy decaído y el turismo ha dado los bienes para restaurarlo”.

Al ser preguntada por algunas medidas concretas, Simpson se refiere a algunas que ya se está intentando llevar a cabo en Baleares, como extender la temporada alta —“cosa factible con el buen tiempo que hace la mayor parte del año”, asegura— o aumentar la categoría de los hoteles. Por otro lado, la directiva también propone reducir el tamaño de los grupos guiados, como ya se ha hecho en Valencia o Venecia; limitar el número de cruceristas que se apean del barco, previo acuerdo con las navieras, como en Dubrovnik; o poner un sistema de reservas, como la Sagrada Familia de Barcelona.

Asimismo, Simpson vaticina grandes cifras venideras para el sector: “A nivel mundial, el turismo va a estar valorado en más de once trillones de dólares y va a dar empleo a 348 millones de personas, lo que constituye más de la población de EE. UU.”.