Los vuelos Zero-G (gravedad cero) están al alcance de todos. Lo que antes era solo posible para a un puñado de astronautas e investigadores, ahora los que no son del gremio también pueden experimentar la sensación de ingravidez, sin salir de la atmósfera terrestre.
En aviones especialmente equipados para vuelos parabólicos, los viajeros conseguirán flotar y volar dentro de la gran cabina de una aeronave. Aquellos que han vivido la experiencia de la ingravidez, la describen como un “momento mágico” que sin dudas repetirían.
Desde el primer trimestre de 2013, los vuelos parabólicos específicos se organizan en las instalaciones Novespace, en la zona del aeropuerto de Burdeos y, en ocasiones, también en el aeropuerto Bourget de París. La vivencia es posible en Europa para un público no profesional y se comercializa bajo el nombre: ‘Air Zero G’ por Avico, el corredor aéreo francés.
Cuarenta son los pasajeros que participan y la experiencia dura dos horas y media. Se lleva a cabo a bordo de una aeronave, en este caso, un Airbus A310 de Air Zero G, que sigue un perfil de vuelo que alterna maniobras de altibajos espaciados; es decir, movimientos de vuelo hacia arriba y abajo. Estas maniobras, denominadas parábolas, permiten obtener un período de gravedad reducida o cero.
Todos los vuelos de Air Zero G serán operados en presencia de Jean-François Clervoy, astronauta que compartirá su experiencia con los participantes durante todo el día, y alternativamente con cada grupo durante el vuelo. La comercialización de los vuelos en gravedad 0 contribuyen en la financiación para la investigación espacial.