Indonesia afrontaba 2018 con un incremento del 10% en sus reservas entre enero y julio, pero un período de fuerte actividad sísmica ha parado en seco todas las expectativas de crecimiento.
Desde el 29 de julio, cuando se produjo el primer temblor de 6,4 grados de magnitud, se han producido numerosos seísmos siendo el más fuerte (6,9) el del pasado 5 de agosto. Estos fenómenos sísmicos se han cobrado la vida de 600 personas y han provocado el desplazamiento de miles de residentes y turistas.
Todo ello ha repercutido fuertemente en el turismo. El diario especializado TTG Media se hace eco del estudio de Forward Keys del que se desprende que desde que se produjo el terremoto del 5 de agoto, la demanda de vuelos a Indonesia ha caído un 26%.
Bali ha sido el destino más afectado: crecía un 15,2% respecto al año anterior, pero ahora ya cae un 42,9%.
La industria de viajes genera el 10% del empleo en el país, siendo esta tendencia aún más alta en destinos como Bali o Lombok.