Tres bandas mafiosas controlan la mitad de los pisos turísticos ilegales de la ciudad de Barcelona, según las cifras barajadas por el ayuntamiento de la Ciudad Condal tras la última oleada de inspecciones.
Según informa La Vanguardia, a principios de julio el Ayuntamiento ordenó la revisaron 134 viviendas sospechosas, de las que unos 70 están vinculados a tres organizaciones conformadas por ciudadanos rusos, asiáticos y suecos de origen chileno.
Estos grupos han desarrollado sofisticadas estrategias para maximizar sus ganancias y evadir la ley. Por una parte, alquilan a propietarios viviendas que, sin su permiso, convierten en improvisadas pensiones mediante subdivisiones de pladur; por otra, cuentan con el apoyo de abogados especializados en dilatar los procesos judiciales. Así, no temen las amenazas de multas de entre 60.000 y 600.000 euros, que sí que sirven como elemento detractor para los pequeños propietarios, por lo que cada vez tienen menos competencia.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, ha explicado que están optando por vías alternativas para presionar a estos entramados, poniendo el foco en posibles evasiones fiscales, irregularidades laborales o falsificaciones documentales.
Por su parte, los vecinos afectados denuncian la pasividad de las autoridades ante las molestias y conflictos que genera este alquiler turístico ilegal en las fincas, mientras que los propietarios de las mismas lamentan la dificultad para desalojar a estos inquilinos ilegales. "No entendemos que sea tan difícil frenar una actividad ilegal, que se pueda actuar con tanta impunidad”, comentan al citado diario dese una comunidad de vecinos afectada.