Bajo el lema "Cambiemos el rumbo, pongamos límites", más de 20.000 personas —según cifras actualizadas por la Policía— han tomado las calles de Palma (Mallorca) para protestar por la masificación turística y los impactos negativos que genera esta actividad en la población local.

Los mallorquines respondieron de forma masiva a esta segunda convocatoria reivindicativa tras la celebrada el pasado mes de mayo. Tal y como apunta El Mundo, el perfil de los asistentes, que pedían una mejor redistribución de los ingresos generados por el turismo y acabar con el "crecimiento insostenible", fue muy diverso, con la presencia de numerosas familias, pero también asociaciones de todo tipo: desde grupos de izquierdas a anticapitalistas y nacionalistas.

Entre las reclamaciones de las 111 entidades convocantes, agrupadas bajo la plataforma 'Menos turismo, Más vida', destacan la limitación de entrada de vehículos como la que ya se aplica en Formentera o la prohibición del alquiler vacacional en ciertas zonas.

Iniciativas proturismo


La marcha ha transcurrido sin incidentes, siguiendo así las recomendaciones lanzadas desde el Govern de Baleares y de su presidenta, Margalida Prohens, quien aseveró su respeto a los manifestantes y les pidió evitar escenas violentas que, tristemente, se vivieron en las protestas celebradas en otras ciudades de España.

De hecho, durante el transcurso de la manifestación de Palma, también surgieron niciativas espontáneas proturismo. Según se hace eco el citado diario, en las calles aledañas un colectivo anónimo repartió pegatinas entre los turistas con el lema: "We love tourism".