Las monjas del Real Monasterio de la Santísima Trinidad, en Valencia, han dicho basta y han decidido cerrar el histórico inmueble a las visitas guiadas tras hartarse de las molestias provocadas por los turistas. La empresa encargada de la gestión de los grupos turísticos, Ars Magna, se ha quedado colgada en un momento en que la demanda es alta y no para de recibir llamadas para visitar el cenobio.
Las hermanas de la congregación de las Siervas del Hogar de la Madre han decidido echar el cerrojo a este edificio gótico del siglo XIII de máxima protección patrimonial como Monumento Histórico Nacional y Bien de Interés Cultural, y hasta el momento no han aclarado cuando volverán a abrirlo, pese a que la ley se los exige.
Hasta el momento, el acceso ha quedado limitado a los martes, cuando se celebra la eucaristía, y se reduce únicamente a la iglesia, según ha informado a La Nueva España una de las religiosas de la congregación. Sin embargo, la ley de patrimonio histórico valenciano exige a los propietarios de bienes protegidos abrirlos al público y establecer un régimen de visitas.