Nápoles (Italia) ha tomado una decisión radical para proteger el patrimonio de su casco antiguo, el negocio local y el bienestar de los residentes, al menos durante los próximos tres años. El Ayuntamiento ha decretado una moratoria que paraliza la concesión de nuevas licencias a bares, restaurantes, negocios de comida rápida, freidurías, heladerías, etc., hasta finales de 2026.
Según informa el medio transalpino TGcom24, el consistorio ha adoptado esta medida en consonancia con la Administración regional de Campania y la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Nápoles. El objetivo es, sobre todo, preservar en buen estado el centro histórico de la ciudad, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1995.
Conservemos nuestra identidad”, ha exclamado el alcalde, Gaetano Manfredi
Por tanto, se interrumpirá la apertura de nuevos negocios en el sector de “alimentos y bebidas”, afectando a cualquier actividad comercial que tenga relación con la producción, preparación o venta de productos alimenticios, desde la Via Toledo hasta Piazza del Carmine, Quartieri Spagnoli, Chiaia y Vomero. El área protegida alcanza una superficie de 1,2 kilómetros cuadrados, en los que se ubican 1.555 de los 8.020 establecimientos del sector en todo el municipio.
“Conservemos nuestra identidad”, ha exclamado el alcalde, Gaetano Manfredi, añadiendo que lo que se pretende desde el consistorio es que Nápoles “preserve sus características y no cree esos fenómenos distorsionadores que cambian su naturaleza”. Los futuros establecimientos que ya hubieran obtenido licencia, pero todavía permanezcan sin abrir, podrán hacerlo “bajo ciertas condiciones” establecidas en la resolución de la moratoria. Asimismo, Manfredi ha especificado que los que estén abiertos con anterioridad “podrán cambiar de actividad o reabrir la misma” en caso de cierre.