El empeño de las autoridades de Calvià por transformar el municipio mallorquín de un destino de borrachera a un destino de lujo está comenzando a crispar a los residentes. Es el caso de los vecinos de Palmanova, que se han mostrado muy críticos con los nuevos servicios de playa, con la colocación de un chiringuito desmontable y unas camas balinesas en arenales como es Carregador o Son Maties.

Según denuncian los vecinos en declaraciones a Última Hora, estas instalaciones ocupan un espacio mayor en las playas de Palmanova. Un argumento que desde el Ayuntamiento de Calvià contradicen y aluden que se ha reducido el espacio ocupado tanto por hamacas como por sombrillas.

Por su parte, la delegada de Turismo del Ayuntamiento, Elisa Monserrat, asegura que no se ha cometido ninguna irregularidad, puesto que las nuevas instalaciones —tanto el chiringuito como las camas balinesas— estaban recogidas en los pliegos del nuevo concurso para la asignación de los servicios de playa 2024-2027.

Asimismo, la delegada defiende que la balización ha pasado de los 90 metros a los 200 “para que los bañistas tengan un mayor espacio, así como para preservar las praderas de posidonia”.