Los habitantes de la provincia de Pedernales (República Dominicana) lamentan que la llegada de cruceros al puerto de Cabo Rojo, situado en su costa, no se traduzca en beneficio económico alguno para ellos y hasta les reporte pérdidas. Este miércoles llegaba un cuarto crucero con más de 3.000 turistas a ese dique ante el descontento de la población, desilusionada por la marcha de una actividad turística que esperaban transformara su realidad económica, según recoge El nacional.

El resultado de la actividad crucerística ha sido decepcionante para los lugareños. "El tiro salió por la culata", comentan, pues los turistas que arriban a Cabo Rojo no consumen en los comercios locales, ya que los operadores del muelle les proveen de todo lo necesario dentro del barco o en actividades exclusivas organizadas fuera de su alcance. "Es como si no estuviera ocurriendo nada", se quejan.

El agravio es importante, pues hasta los grupos folclóricos, danzas, transporte y otros operadores turísticos son traídos desde Puerto Plata, dejando a los talentos y trabajadores locales sin oportunidades de beneficiarse del desembarco turístico.

También lamentan que se haya puesto en marcha esta actividad sin que Cabo Rojo esté debidamente acondicionado para acogerla. Falta infraestructura básica para poder recibir visitantes, cuestiones como el drenaje cloacal, aceras, calles adecuadas y condiciones que garanticen la seguridad y comodidad de los turistas. 

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