El gobierno rumano ha prohibido este mes la caza de grandes carnívoros, incluyendo osos pardos, los lobos, los linces y los gatos salvajes. Desde que el país se incorporara a la Unión Europea en 2007, la caza en la región había aumentado hasta alcanzar cifras de 550 osos, 600 lobos y 500 grandes felinos este año. La “caza de trofeos” es un negocio en las montañas de los Cárpatos de Rumania en las que los cazadores pagan más de 8.900 euros para matar animales. Según el conservacionista Gabrie Paun: "Las montañas de los Cárpatos tienen mayor biodiversidad que cualquier otro lugar en Europa, pero durante demasiado tiempo han sido explotados sin piedad a la silvicultura y la caza”