En este 2024, más de 284.500 peregrinos han llegado a la Plaza del Obradoiro y, entre ellos, algunos han mostrado unas actitudes incívicas que preocupan a los vecinos de Santiago de Compostela (A Coruña) están preocupados por la integridad cultural o espiritual del destino.

Según recoge LaSexta, la paciencia de residentes y autoridades se está colmando por el incremento de actos vandálicos como las pintadas en el pavimento de la propia plaza o la destrucción de los diferentes puntos de señalización a lo largo del camino. Y es que, en su afán de dejar mensajes para la posteridad, son muchos los que dañan activos culturales que están recogidos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

 

Si bien están previstas sanciones para este tipo de acciones incívicas, entre los 6.000 y los 150.000 euros, es difícil localizar a los autores de las mismas.

A todo ello se suma las molestias que generan los grupos que llegan a Santiago con cánticos o gritos de ánimo, que generan una cantidad de ruido que se ha hecho especialmente incómoda para los habitantes de la misma. "Hay que entrar con moderación, con respeto", afirma uno de los residentes al citado medio. Por su parte, desde Compostela Resiste comparten vídeos en los que denuncian las citadas actitudes incívicas y denuncian que Santiago se ha convertido en "patrimonio mundial de la barbarie".