La pandemia de Covid-19 ha golpeado a los destinos turísticos alrededor del globo, teniendo un mayor impacto en aquellos países en los que esta actividad tenía un mayor peso en la economía —como es el caso de España, Grecia o Turquía—. No obstante, en Europa hay otro país que ha sufrido un duro golpe: Suiza.
El país helvético se había convertido en uno de los principales receptores de visitantes asiáticos. Lo que era una ventaja en los años anteriores, ya que estos visitantes generan un mayor gasto que otros perfiles, ahora se ha convertido en un duro castigo, según relata Financial Times.
En el verano de 2019, la nación suiza batió récords en la llegada de visitantes asiáticos. Solo los chinos generaron 1,8 millones de pernoctaciones, lo que supuso un incremento del 400% con respecto a 2010 y le permitió superar incluso el número de estancias turistas venidos de un país vecino como Francia.
India fue otro mercado emisor que experimentó un boom, pasando de las 392.000 pernoctaciones en 2010 a las 793.000 en 2019.
El impacto de la pandemia
Tras el estallido de la pandemia, los mercados emisores de Europa han demostrado una caída más moderada que el gran desplome asiático.
Alemania se ha mantenido como el principal mercado, registrando una caída de los 3,9 millones de pernoctaciones en 2019 a 2,2 millones de 2020. Las pernoctaciones chinas cayeron de 1,8 millones a 0,2; las francesas de 1,3 a 0,8; las indias de 800.000 a 50.000; y las japonesas de 400.000 a 40.000.
Los hoteleros suizos se muestran optimistas y creen que en cuanto los viajes se normalicen, se recuperará cierto nivel de normalidad. De hecho, pronostican que entre 2022 y 2024 tendrán buenos años. Dicha recuperación es fundamental para un país en el que el sector turístico supone el 3% del PIB y genera el 4,4% del empleo, doblando la aportación económica de industrias tan afamadas como la fabricación de relojes.