Las prostitutas del Barrio Rojo (Ámsterdam) han denunciado el acoso al que son sometidas por las aglomeraciones de turistas, quienes las fotografían, se acercan para tocar el cristal y no paran de mirarlas para ver cómo ofrecen sus servicios tras los escaparates.

Sin embargo, tal y como ha informado El Confidencial, estos foráneos no las contratan y espantan a los clientes que buscan mayor intimidad. La situación no se relaja hasta que el reloj marca las 20.00 horas, cuando las prostitutas comienzan a tener trabajo. Cabe destacar, que el Barrio Rojo recibe a más de 2,5 millones de turistas al año.

Este hecho acarrea consecuencias fatales para estas profesionales. Las cuentas no salen y el endeudamiento que acumulan es de entre 10.000 y 30.000 euros. Por una parte, las meretrices hacen frente a un elevado precio del alquiler de las habitaciones donde ejercen, que puede ascender a 200 euros al día, dependiendo de la ubicación del lugar. Por otra parte, pese a que los clientes pagan 50 euros por un servicio de 20 minutos, las prostitutas solo perciben 15 euros, ya que en el total está incluido tanto el 21% de IVA como los impuestos sobre las ganancias.

En un intento por evitar las aglomeraciones de turistas, las prostitutas del Barrio Rojo llegan a pelearse por arrendar los escaparates ubicados en callejones, que no son tan transitados, así como optan por ejercer en los turnos nocturnos. Para revertir la situación, el Consistorio de Ámsterdam ha sumado nuevas medidas a las ya anunciadas el pasado febrero: volverá a limitar el número de turistas, así como cerrará algunas calles de manera temporal y lanzará una aplicación para que los foráneos puedan visitar el Barrio Rojo por su cuenta con la ayuda de un guía turístico virtual.

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