Las aerolíneas no tienen por qué indemnizar a los pasajeros si se queman con la comida. Así lo ha dictaminado un tribunal de Colonia (Alemania) tras la denuncia interpuesta por una viajera que se quemó al comer una sopa durante un vuelo que iba de Múnich (Alemania) a Nueva York (Estados Unidos).
Según ha decretado el juez, los pasajeros deben verificar la temperatura de las comidas del avión antes de comenzar a comer. De este modo, el tribunal se ha negado a que la aerolínea tenga que pagar la indemnización demandada por la viajera, que reclamaba una cifra de 5 dígitos.
Según ha detallado el diario Airliners, la mujer se sentó erguida, llevando el cuenco de sopa con la mano izquierda; el recipiente y el contenido estaban tan calientes que la pasajera lo soltó rápidamente; se salpicó en el cuello y pecho, provocándose quemaduras de segundo grado.
Posteriormente, la pasajera se quejó de que los asistentes de vuelo solo le dieron una taza con cubitos de hielo y una servilleta de papel, tampoco recibió ningún ungüento o pomada, ni se llamó a un médico. Después del aterrizaje, tampoco le facilitaron la dirección de una clínica especializada en quemaduras, sino la de un centro sanitario normal.