Los gobiernos de los diferentes países afectados por el COVID-19, se han visto obligados a impulsar distintas medidas para reducir el impacto económico de esta crisis, que ha golpeado especialmente al sector turístico.
El Gobierno de Alemania, según reseña El País, ha garantizado liquidez ilimitada a todas las compañías, con el objetivo de paliar el impacto del coronavirus. En concreto, destinará hasta 500.000 millones de euros para créditos, presupuesto que podría ampliarse de ser necesario. Previamente, había anunciado 12.400 millones en ayudas para los sectores afectados.
El ejecutivo alemán también prevé, si se intensifica la crisis, recortes fiscales. El ministro de Economía del país, Peter Altmaier, calificó este paquete de medidas como el “mayor y más efectivo que ha habido nunca en una crisis”.
La respuesta de Francia
De acuerdo con La Vanguardia, las empresas francesas recibirán 300.000 millones de euros por parte del Estado para enfrentar esta crisis. El gobierno galo, asimismo, se hará cargo del pago de los créditos existentes y suspenderá el pago de impuestos, de cotizaciones sociales, de las facturas de la luz, agua, gas y de los alquileres. También, sufragará los costes de los hoteles y taxis, que están al servicio de las necesidades sanitarias.