Desde el 14 de marzo de 2020, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos prohíben las operaciones de cruceros en el país. Se trata de una medida dolorosa para la industria, ya que la nación norteamericana es el principal mercado mundial. Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) desde sus puertos partieron 13,8 millones de pasajeros en 2019, esto supone el 46% del total mundial (29,7 millones).

Tras más de un año, los CDC han hecho público el protocolo que permitiría que se retome la actividad, sin embargo, en vez de generar alivio, ha desatado la ira de las compañías. Según informa Travelweekly, exigirán que los primeros cruceros que partan del país sigan unas estrictas normas sanitarias:

• Se tendrá que llevar mascarilla en todo momento, incluyendo cuando se está tomando el sol en la piscina. Para comer o beber podrán ser retiradas momentáneamente, pero quitársela durante mucho tiempo será considerado “una violación”.
• Se tendrá que mantener el distanciamiento social.
• El uso de jacuzzis estará restringido a familias o compañeros de viaje.
• Se prohíben las excursiones por libre. Los pasajeros siempre tendrán que viajar en grupos guiados. También se tendrá que mantener el uso de mascarilla y el distanciamiento social.
• Se recomienda como “mejor práctica” solo permitir excursiones en puertos ubicados en países del Nivel 1 de riesgo (bajo). Actualmente, el 80% de los países del mundo están por encima de este nivel.

Estos requisitos siguen un rumbo diferente al que pretendían tomar las navieras: exigir que tripulación y pasajeros estuviesen 100% vacunados y ofrecer aforo limitado para reducir las restricciones a bordo.

Frank Del Río, CEO de Norwegian Cruise Line, se ha mostrado muy disgustado con la regulación propuesta: “Tras una primera lectura, estoy decepcionado. Voy a darle a los CDC la oportunidad de ampliarlo y aclararlo", ha manifestado.

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