Economía y Política
Absueltos los 131 controladores aéreos culpabilizados del estado de alarma de 2010
La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a los 131 controladores aéreos previamente condenados por abandono del servicio público durante el caos aéreo de diciembre de 2010, que obligó al cierre del espacio aéreo español y llevó al Gobierno a declarar el estado de alarma —el primero en la historia del país—.
Tal y como informa El Confidencial, la titular del Juzgado de lo Penal número 18 de Madrid los había condenado a multas de hasta 31.500 euros por abandono del servicio público, después de que la mayoría llegara a un acuerdo con la Fiscalía. Sin embargo, un pequeño grupo recurrió el fallo judicial y ha logrado la exoneración de los 131 controladores.
Durante la tarde del 3 de diciembre de 2010, en la víspera del puente de la Constitución, se desató el caos en los aeropuertos españoles. Ese mismo día el Gobierno había aprobado un decreto ley que incluía una nueva regulación para el sector del control aéreo —el documento obviaba las negociaciones previas llevadas a cabo entre el operador aeroportuario español y los trabajadores—. En protesta, los controladores rellenaron en masa un formulario en el que declaraban no estar en las mejores condiciones psicofisicas para controlar. Ante la avalancha de solicitudes —que conllevaban a priori la necesidad de relevar a dichos trabajadores— Aena se vio obligada a cerrar el espacio aéreo.
El caos se adueñó de todos los aeropuertos españoles —afectó a 700.000 viajeros y a más de 5.000 vuelos, de los que 1.352 fueron cancelados—, desembocando en la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno y desplegó al Ejército para que se hiciese cargo de las labores de control aéreo. Tras la crisis, la Fiscalía de Madrid acusó a decenas de controladores de un delito de abandono del servicio público al participar en un "paro colectivo" .
Ahora, la Audiencia ha dictaminado que el cierre del espacio aéreo fue una decisión "dentro del margen de discrecionalidad de Aena, equiparable en cierto sentido con el cierre patronal ante una situación de presión o reivindicación laboral, en cuyo contexto difícilmente cabría hablar de abandono de servicio".
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