En pleno debate sobre la reforma fiscal que quiere implementar el Gobierno de República Dominicana, la Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores) ha hecho un llamamiento al Ejecutivo nacional para que no elimine los incentivos fiscales al sector turístico. Está previsto que la nueva norma recorte estos beneficios, ya que su principal objetivo es que el Estado pueda recaudar más a través de los impuestos.

Desde la asociación calculan que, si se eliminan los incentivos fiscales recogidos en la Ley 158-01 sobre Fomento al Desarrollo Turístico, la inversión extranjera directa en el sector podría caer un 50%. Esto supone 7.000 millones de dólares menos en ingresos procedentes de divisas.

Como ejemplo de lo que podría suponer la eliminación de incentivos, en declaraciones a Diario Libre, el expresidente de Asonahores Simón Suárez ha hablado del destino de Puerto Plata. Esta ciudad del norte del país recibía en 1996 al 34% del total de turistas que llegaban a República Dominicana, mientras que en 2023 esta cifra se había reducido al 5%.

Según explica Suárez, en su momento, cuando Puerto Plata se encontraba en pleno esplendor, autoridades y hoteleros entendieron que ya se trataba de un destino maduro y se decidió retirar las exenciones a la inversión. En lugar de mantenerse el desarrollo turístico, esto provocó una total desaceleración, que a día de hoy todavía no han sido capaces de revertir.

Para concretar, el actual presidente de Asonahores, David Llibre, ha añadido que, por cada dos millones de turistas adicionales que República Dominicana quiera captar —la patronal considera que el país puede atraer a 20 millones de visitantes—, se precisan unos 5.600 millones más en inversión extranjera, “mucho más difícil de atraer” sin incentivos fiscales.