El sector hotelero está planeando una mayor implantación de los establecimientos prefabricados, conformados por módulos que se montan como si de piezas de Lego se tratasen, debido a la rapidez de su construcción, bajo coste y mayor calidad, ya que su edificación en la fábrica permite atender detalles, que en la obra in situ no se podrían abordar.
Según ha informado El País, para Joaquín Granero, socio director de Obox, especialista en la construcción de este tipo de hoteles con módulos de hormigón, las ventajas de estos alojamientos son múltiples. Por ejemplo, el tiempo de construcción es cuatro veces menor que el convencional, por lo que su coste también se reduce. Además, los gastos de producción descienden hasta un 15% y el establecimiento se puede trasladar y construir donde está asegurada la ocupación: "Puede estar dos años en Tokio para los Juegos Olímpicos, luego mudarse a Dakota del Norte para explotar una mina".
A este respecto, Granero aclara que estos traslados son costosos, por lo que el hotel debe permanecer dos años en el mismo lugar para que sea rentable, así como que el tiempo de desmontaje suele llevar dos meses. En el caso de que se tratase de un desplazamiento entre lugares colindantes, el tiempo de permanencia puede reducirse a un año. Los primeros hoteles de este tipo aparecieron en los años 2000 en Francia, para la Fórmula 1.
A su vez, la cadena estadounidense Hilton es una abanadera de su implantación en el mercado, ya que cuenta con decenas de establecimientos de este tipo. En Reino Unido posee cuatro hoteles prefabricados abiertos, mientras que tres están en proceso de construcción. Este tipo de complejos, además, permite a las cadenas hoteleras expandirse de forma rápida y con menos niveles de inversión.