El fin del roaming se acerca. A partir del próximo 15 de junio las operadoras españolas tendrán que dejar de cobrar a sus clientes las tarifas especiales establecidas por las llamadas que realizaban desde el extranjero. Esto se debe a una nueva medida que la Unión Europea ha llamado ‘Roam like at home’. Eso sí, tiene unos límites.
Aunque los usuarios podrán navegar como si estuvieran en su país, deben garantizar que pasan más tiempo en su nación de origen que en el extranjero. Si el operador detecta una actividad fraudulenta durante cuatro meses puede pedir explicaciones al cliente. Si se determina que el uso no es correcto, tendrá que regirse por la norma fijada por la Unión: 7,70 euros + IVA por giga descargado. Se prevé una reducción de estos costes hasta los 2,5 euros en 2022.
A las operadoras de España esta medida no les beneficia pues los precios mayoristas han quedado en 3,2 céntimos por minuto en llamada, 1 céntimo en sms y 7,7 euros por GB descargado. Esto supone una reducción del 90% a los establecidos con anterioridad, toda una desventaja para las empresas nacionales, sobre todo si ponemos la mirada en el turismo.
Con la nueva medida, cada dato, llamada y SMS le cuesta más a estas compañías telefónicas que a sus rivales continentales. Es más, según un cálculo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia por cada megabyte que se consuma en España las operadoras nacionales tendrán que pagar 0,26 céntimos adicionales con respecto a sus competidores europeos ya que solo se podrán cobrar 0,85 céntimos de los 1,11 que costará cada mb. También habrá consecuencias para la población: lo más probable es que las tarifas suban.