La figura de Silvio Berlusconi nunca dejó indiferente a nadie por su carisma, afición al fútbol y escándalos sexuales y de corrupción. El tres veces primer ministro de Italia ha fallecido este lunes a los 86 años, dejando tras de sí un legado enorme: tres períodos al frente del Gobierno italiano (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011), más de 30 años como propietario de uno de los clubes de fútbol más grandes del Viejo Continente, el AC Milan (29 títulos incluidas cinco Copas de Europa), y un imperio mediático encabezado por el grupo audiovisual Mediaset (Telecinco y Cuatro, entre otros). 

Sin embargo, los comienzos de Berlusconi nada tuvieron que ver con su trayectoria posterior. Hijo de un empleado de la banca de clase media, el joven Silvio se inició en el mundo laboral en los años cincuenta como amenizador de cruceros por el Mediterráneo. Berlusconi empezó cantando para turistas que decidían recorrer las costas del Mare Nostrum, informa Diario de Pontevedra. 
 

 Empezó cantando para turistas que decidían recorrer las costas del Mare Nostrum

Con tan solo 25 años fundó su primera constructora, Cantieri Riuniti Milanese, empresa que le dio pie a introducirse en el mercado inmobiliario, su primera piedra de toque para la que posteriormente sería una inmensa carrera empresarial. En los años ochenta abrió sus primeros canales de televisión, adquirió parte del capital del diario Il Giornale y fundó Fininvest, la sociedad de cartera que en la actualidad controla el imperio de la familia Berlusconi. 

Ya en 1986 se haría con la propiedad del mítico club de fútbol AC Milan, con el que alcanzaría las mayores cotas de su historia, y en 1994 decidió iniciarse en el mundo de la política con el partido Forza Italia, con el que sería tres veces primer ministro de la república italiana, hasta su caída en desgracia por numerosos casos de corrupción política y denuncias por escándalos sexuales con menores implicadas.