Algunos colectivos del sector turístico como las camareras de piso —también conocidas como Kellys— o los conductores de autobús están muy pendientes del desarrollo del real decreto en el que está trabajando el Ministerio de Seguridad Social para regular el acceso a la jubilación anticipada a partir de los 52 años.

Según recoge El Economista, serán cuatro los ministerios que tomen la última decisión sobre qué ocupaciones —con mayor peligrosidad, penosidad, toxicidad o insalubridad— podrán optar a jubilarse con antelación, como ya ocurre con mineros, personal de control de vuelo o empleados ferroviarios.

Representantes de los ministerios de Seguridad Social, Trabajo, Función Pública y Hacienda conformarán la Comisión de Evaluación encargada de valorar todos los informes sobre el impacto físico y psíquico que supone la actividad, así como los índices de siniestralidad o las secuelas que ocasionan. Basándose en numerosos indicadores, tomarán las decisiones finales.

Varios colectivos profesionales, como las camareras de piso –denominadas 'kellys'–, las cuidadoras o los conductores profesionales han estado presentes en los meses de negociación como posibles sectores que podrán sumarse a los nueve que ya optan al retiro anticipado y se beneficiarán de los coeficientes reductores de la edad de jubilación, un adelanto que determinará un reglamento previsto para su desarrollo el próximo año.

El texto ha dejado pendiente un análisis sobre los colectivos que ya se benefician de la jubilación anticipada, una selección de sectores que ha creado situaciones anómalas: están los Mossos, pero no la Policía Nacional o la Guardia Civil; también se excluye a los bomberos y trabajadores ferroviarios en el sector privado, y no a sus iguales del sector público. El decreto no habla de la esperanza de vida media tras la jubilación, un elemento que los actuarios consideran clave para determinar el aumento de las cotizaciones durante la vida laboral.

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