Ayer comenzó la huelga de cinco días convocada por los controladores aéreos de Francia, un paro que reducirá el tráfico en Francia un 25%. De hecho, según la Autoridad de Aviación Civil Francesa más de 1.000 vuelos se cancelarán durante este período.
Pero el impacto no sólo se limitará a los vuelos operados desde Francia, ya que el resto de países del alrededor también tendrán que reducir su tráfico al sobrevolar el espacio aéreo galo, este es el caso de Reino Unido, Italia, Suiza y España.
De forma reiterada, las aerolíneas han solicitado al gobierno francés y a la Comisión Europea que tomen medidas para prevenir los imprevistos que provocan este tipo de acciones sindicales.
Kenny Jacobs, responsable de marketing de Ryanair ha dicho que las autoridades no deben “permitir otro verano de huelgas y viajes de miseria para los consumidores europeos”. Por su parte, British Airways, que también se enfrenta a huelgas de su tripulación de cabina, ha asegurado que algunos de sus vuelos se verán afectados, pero que ante esta situación de incertidumbre han tenido que “modificar unas políticas de reserva más flexibles”.
Desde EasyJet han pedido comprensión por parte de los pasajeros: “Aunque la situación está fuera de nuestro control, entendemos que es una situación muy frustrante para los clientes que están viajando”.