Donald Trump será presidente de los Estados Unidos, pero no por eso deja de ejercer como avispado hombre de negocios. Al menos así lo constata un informe del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes, que asegura que se embolsó 1,3 millones de euros durante su primer mandato, de 2017 a 2021 por las pernoctaciones de los miembros del Servicio Secreto en los hoteles de su propiedad, cargando unos precios desorbitados por noche.

El medio alemán Bild se hace eco del contenido de este informe de 57 páginas. El Servicio Secreto debe seguir y proteger al presidente y su familia allá donde se encuentren, circunstancia que el reelegido mandatario aprovechó durante su anterior etapa para fortalecer sus ingresos hoteleros, al cobrar por las estancias de los agentes cantidades que superan las legalmente establecidas para el citado cuerpo.

Las cuantías que se pueden cobrar por una noche de alojamiento por agente tienen un tope previsto, pero durante el primer mandato de Trump el formulario de excepción se completó con frecuencia, según detalla esta investigación.

El primogénito también factura


Las facturas que detalla el informe hacen referencia a una noche especialmente significativa, en la que el hijo mayor del ahora reelegido presidente pernoctó en uno de los alojamientos hoteleros de la familia. Fue el 8 de noviembre de 2017, cuando Donald Trump Jr. se alojó en el Trump's International Hotel en Washington (EE. UU.) Una noche para un empleado del Servicio Secreto debería haber costado 188,87 euros. Sin embargo, la autoridad pagó 1.113,49 euros por protector. Cinco veces más de lo permitido legalmente.

La investigación concluye que “Donald Trump trataba al Servicio Secreto como a un cajero automático. Se cobraron tres veces los costes permitidos para una autoridad, y con regularidad. Otros clientes, sin embargo, pagaron menos que los guardias de Trump”.