El domingo 10 de mayo, el consorcio aerocomercial Avianca Holdings, que surgió de la unión entre la aerolínea colombiana Avianca y la salvadoreña TACA, y algunas de sus subsidiarias se acogieron voluntariamente al Capítulo 11 del código de bancarrota de Estados Unidos, por el impacto del COVID-19.
Según ha informado EnElAire, este capítulo es un proceso legal temporal que permite a la junta directiva de la empresa reorganizar la compañía y completar su reestructuración financiera, bajo la supervisión del sistema judicial estadounidense. Avianca ya se acogió a este sistema en el año 2003, antes de reforzar su expansión en América Latina.
A través de este proceso, el consorcio pretende salvaguardar sus operaciones y los cerca de 21.000 puestos de trabajo. Lo hará determinando las acciones a seguir para hacer frente a la crisis sanitaria y para gestionar cuestiones básicas como es el arrendamiento de aviones o los pedidos de nuevos aeronaves.
El "impacto imprevisible" del virus
El holding aclaró en un comunicado que se vio obligado a tomar esta medida por el "impacto imprevisible" de la pandemia, que provocó el desplome de un 80% de sus ingresos.
Su director general, Anko Van Der Werff, señaló que se trata del mayor desafío al que se enfrenta la aerolínea colombiana en sus más de 100 años de historia. No obstante, consideró que acogerse al código de bancarrota de EE.UU. "es el mejor camino a seguir para proteger los servicios esenciales de viajes y transporte aéreo" que proporcionan en Colombia y en otros mercados latinoamericanos.
Cabe destacar que Avianca Holdings transporta a más de 30 millones de pasajeros al año.