Una de las estampas más típicas de Baleares es la de una idílica cala de aguas turquesas y, frente a ella, diferentes tipos de barcos de pequeñas dimensiones fondeados mientras sus ocupantes se bañan en el mar o toman el sol en la cubierta. Se trata de un aspecto más de la oferta turística de las Islas. Sin embargo, las empresas que se dedican a ello han mostrado su preocupación por el ‘intrusismo’ que puede darse este verano debido a un nuevo decreto del Gobierno central.
El nuevo real decreto, que fue aprobado en 2023, pero entrará en vigor a partir del próximo julio, establece que las embarcaciones de uso privado se podrán alquilar durante tres meses al año. Hasta ahora, solo podían hacerlo los barcos pertenecientes a empresas de chárter náutico.
Según denuncian desde el sector del chárter náutico balear, el problema radica en que se puede dar una masificación de esta actividad durante los meses de temporada alta (julio, agosto y septiembre), puesto que ya hay plataformas de internet ofreciéndose a particulares de fuera de las islas para que alquilen sus barcos privados. Esto podría provocar que lleguen a las costas baleares embarcaciones alquiladas en otros puntos de España.
El sector de las islas teme que esta “competencia desleal” termine por hundir esta actividad, que ya ha comenzado el año con una caída en las reservas para alquilar yates privados de entre un 15 y 20%, según informa Diario de Mallorca.